Catedral de las cotorras

El primer pueblo fundado por el Ejército Nacional, dentro del territorio despojado a los aborígenes después de concluída la denominada “conquista del desierto”, pasando el límite sur de San Luis hacia lo que era la frontera, se lo hizo sobre lo que fue originariamente el Fortín “Resina”.

El nombre de resina proviene precisamente de que en ese territorio abundan plantas del bosque nativo con gran cantidad de resina como el algarrobo, el caldén, el chañar, el piquillín, el molle y otros. Los indios usaban intensamente el bosque porque eran cazadores recolectores de frutos, al que los militares en sus mapas e informes describen como monte.

Los frutos del algarrobo y el caldén son chauchas, la diferencia es que mientras la del algarrobo es dulce, la del caldén es agria. La primera la comían los habitantes de las tolderías y la segunda la comían los animales y las aves. Estos árboles eran algunos de gran tamaño otros no tanto y algunos eran medio achaparrados. El más alto era el algarrobo y por eso fue víctima primero de los hacheros y de los dueños de los aserraderos que establecieron los cristianos a principios del 1900.

Foto tomada por Juan B. Gandini en la ex chacra de la familia Roldán-García

El caldén de los españoles, es el mismo árbol que los indios que habitaban la zona a la cual me estoy refiriendo llamaban huitru, cuyo fruto le llamaban trumpel, tenía distintos usos. Uno era el de utilizarlo para hacer fuego, otro destino fue para utilizar su madera y fabricar postes y varillas con los cuales se comenzaron a alambrar los campos y chacras a fines del siglo XIX.

Nuestra abuela paterna doña Elina García llegó desde Villa Mercedes a Victorica en los primeros años de 1890 y estando allí tiempo después, llegó a la zona don Cirilo Roldán, con una majada de ovejas criollas, buscando tierra donde establecerse, dado que la provincia de Buenos Aires había decidido ocupar toda su pampa húmeda para la cría de vacunos con los cuales producir carne para la exportación a Europa.

Se casan y consiguen una chacra fiscal en la zona de Loventuel, un pequeño pueblito fundado el año 1904 cercano a Victorica. Se establecen allí, donde construyen su rancho de adobe y plantan algunos árboles llamados ailanthus altíssima, popularmente conocidos como “árbol del cielo”, planta de crecimiento rápido y que proporciona mucha más sombra que el caldén.

Pero el que proveyó las cumbreras y los postes, como las maderas para las aberturas del rancho fueron los caldenes de los alrededores. Se tuvo la precaución de dejar los de mayor porte, no sólo para sombra del rancho, sino también para los animales. Lanares, caballos, perros, mulas, y alguna vaca lechera.

Pero en el gran caldén cerca había, desde que llegaron los dueños de la chacra, una colonia de cotorras que ya tenían construídos sus nidos en las alturas. Estos pájaros tienen la habilidad de construir sus nidos con las mismas ramas del calden que tiene espinas. Esta especie es conocida popularmente como “perico monje argentino”, aunque también se la identifica como cotorrita monje o cotorrita verdigris. Tiene acceso a los alimentos por su pico encorvado y fuerte. Andan en bandada y emiten unos graznidos bastante bullicioso. Además tienen la virtud de aprender y replicar sonidos. Recuerdo que nuestra abuela Elina cuando se vino de la chacra al pueblo trajo una y le había enseñado ciertas palabras.

Del rancho de nuestros abuelos solo existen los vestigios, pero de la casa de las cotorras todavía existen aunque en el suelo está lleno de antiguos nidos que los grandes vientos huracanados han volteado seguramente.

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