El mes de julio del año 1924 en las afueras de Victorica en una chacra cercana a los cuatro esquineros, cerca de la cual pasa la vía del ferrocarril oeste, aterrizó un avión que no era de la zona.
Lo piloteaba su dueño, el señor Rufino Luro Cambaceres, quien andaba recorriendo distintas provincias argentinas para establecer la factibilidad de montar una empresa aeropostal. No tengo datos de su plan de vuelo, ni mapa de las pistas de aterrizaje en el entonces Territorio Nacional de la Pampa Central. Ni listado de abastecedores de nafta para aviones, tampoco puedo saber si el surtidor de la casa LLorens vendía nafta para estos aparatos.
El propietario de la aeronave Rufino Luro Cambaceres había nacido en Buenos Aires el 14 de octubre de 1895 y era hijo de Rufino Luro y Susana Cambaceres. Luego de cursar estudios universitarios y de obtener diplomatura en Agronomía y Veterinaria, decide instalarse en el campo de su familia, cercano a la ciudad puerto de Bahía Blanca, (al sur de la provincia de Buenos Aires), que aspiraba a ser la capital de la Patagonia.
El año 1913 cuando solo tenía 18 años, presencia en el campo la exhibición que hace el primer aviador italiano del rio de La Plata, Bartolomé Catáneo, con quien realiza su vuelo de bautismo. Su entusiasmo por la aeronavegación fue tal que se anotó para recibir clases del instructor de vuelo Francisco Ragadale.
Su metejón con la aviación lo lleva a adquirir el año 1922 un avión Curtiss estándar de 150 HP al que bautiza “El Chara”. Aunque el término chara proviene del árabe, se utiliza en Chile para nombrar al avestrúz joven, también fue utilizado para designar a una estrella de la cola de la Osa menor, me inclino más a pensar que el debió tomar el vocablo en la acepción de “hombre libre”
Según dicen algunos, que este y los demás aviadores de aquellos años de las primeras décadas del siglo XX, fueron todos intrépidos que volaban impregnados de aceite ricino, sin radio y escrutando en el suelo las referencias de las rutas, como los caminos, las vías férreas, los ríos y otras señales visibles desde el aire.
Documento temporario extendido por el Consulado de Brasil en Buenos Aires, fechado el 20 de noviembre de 1939 donde se pueden leer sus datos de filiación personal y otros.
No sabemos porque motivo descendió en Victorica, cuando en ese día el intendente era Lorenzo Cazaux y el Juez de Paz y Jefe del Registro Civil era José Ghizzo (h). Pero más allá de esta incógnita, lo que sí sabemos es que el médico que atendía a la familia -Dr. Ricardo Calusio, el anterior intendente-, de don Pedro Nicomedes Gómez, socio de la casa Llorens, le recomendó que aprovechara la presencia del avión.
Es que la única niña de la familia Gómez Luna, -Orfelia-, estaba sufriendo por esos días unos problemas pulmonares que le producían tos. Tomaron la decisión y don Nicomedes aprovechó para invitar a los vecinos don Antonio Vidal y su esposa Antonia Ubalda Ortíz. Por supuesto que estaban enterados del asunto también su amigo Gaudencio Pablo y la amiga común Elena Bugna que vivía enfrente al almacén de Juan LLorens.
La familia Gómez Luna fue con todos los niños como se puede apreciar en la foto de arriba. Según nos hiciera saber el amigo “Gaucho” Luna, la que está sentada en el alerón del avión es la niña Orfelia y todos los que están a su alrededor son sus hermanos incluso los del otro lado. La madre a la derecha de vestido oscuro, observa los movimientos.
El policía de espaldas curiosea el habitáculo trasero del avión. El señor de traje al lado de los niños es el padre, Nicomedes Gómez y el otro, de frente es Antonio Vidal y la otra mujer es Elena Bugna, una de las nietas del español Máximo García.
El hombre que se observa en la foto de portada de esta nota es precisamente el aviador Rufino Luro Cambaceres y aparecen otras personas que no se distinguen bien para poder identificarlas.
“Rufino Luro Cambaceres es el piloto que llevó las alas argentinas a la parte más austral del continente americano, por eso fue llamado: “Baqueano de los cielos patagones”. Cumplió como piloto, 10.500 horas de vuelo. Por su conocimiento de la zona y su destreza para llegar a destino en vuelos de niebla, nevadas, lluvias, no dejó de cumplir un solo correo aéreo”.
A modo de hipótesis para los investigadores se podría pensar que el aviador haya sobrevolado la laguna y la casona del parque del coto de caza de Pedro Olegario Luro, rumbo a Bahía Blanca o, que haya bajado en la estancia de su familia, que estaba situada en Hucal.
PD/ Agradezco la colaboración de las fotografías cedidas por Mita Saenz de Peirone y Adriana Gómez Luna.
Con esta información me acerco bastante a lo que busco pero, quizá algún pariente de los LURO allegado a la familia que habitó el coto, puedan tener alguna fotografía.
Buenas tardes, mi nombre es Carolina, soy biznieta de Rufino Luro Cambaceres y estoy investigando sobre la labor que tuvo en esos años y estoy sorprendida por la importancia de su figura en la aeronáutica argentina.
Me interesa muchísimo ponerme en contacto con quien escribió la nota y con las personas que aportaron las fotografías, ¡será un gran honor para mi!
Hola Carolina, quien escribió la nota, soy quien escribe esta página mi nombre es Luis Ernesto Roldán. Las personas que me facilitaron las fotos han fallecido todas.
Señor Luis Roldán. Muy linda la Nora que escribió.
Si Ud. tiene el libro Rumbo 180° de Rufino Luro Cambaceres, deseo si puede compartir si está en PDF o bien una foto de la página en la que el autor describe a Saint-Exupery cómo un oso.
Muchas gracias. Saludos cordiales
Patricia Hernández, Comodoro Rivadavia
No tengo ese libro si ud. lo puede conseguir puede hacerlo. Saludos.
no tengo el libro que mencionas, si lo consigues puedes publicar algun comentario al respecto. saludo cordial.