Inga de “Las Vertientes”

El 28 de abril del 2023 partió hacia la morada final Ingeborg Blaisse de Niemeijer, a quienes todos sus familiares y amigos la llamaban por el sobrenombre Inga. Su figura se distinguía desde lejos, porque era muy alta, de cabello rubio y tez blanca.

Sus antepasados vinieron a La Pampa, cuando esto era todavía un Territorio Nacional. La noticia de la venta del campo se la suministró don Antonio Ortíz Echagüe, el español que estaba casado con Elisabeth, una holandesa, hija del señor Federico Smidt, primer Cónsul de Holanda en la Argentina.

En una visita que le hice hace pocos años, Inga me contó que sus padres y abuelos querían venirse de Europa, antes que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Ellos tenían dinero ahorrado para invertir porque se dedicaban a la navegación.

Fue el mismo Echagüe quien les recomienda al constructor italiano de Victorica, Luigi Cesanelli, quien había construído por orden de Smidt la primera vivienda de la estancia “La Holanda” (1919). Nuestro abuelo materno, a mediados de la década de 1930 comenzó con su cuadrilla a levantar los cimientos. Demoró casi dos años en terminar la casa de familia, los galpones, las aguadas y la casa para los peones.

En la estancia “Poitahue” estaba la familia de Hugo Von Bernard y en los alrededores la estancia “El Oasis” cuyo propietario era Serafín Martínez, todos conocidos y amigos de sus padres. Por esa zona supo tener las tolderías el cacique ranquelino Baigorrita. Poitahue significa divisadero, campo con lomas altas llenas de caldenes, algarrobos, chañar y piquillín. El Oasis significa que dentro había laguna de agua potable y como no necesita interpretación Las vertientes se refiere a vertederos de agua que formaban lagunas. Es sabido que los indios buscaban siempre lugares que tuvieran esos tres elementos agua buena, leña abundante y pastos tiernos para la caballada.

En la imagen se observa a una mujer que está semi agachada apoyando su mano sobre la manija que tenía el camión marca Rugby de Cesanelli para hacerlo arrancar y dentro de la cabina hay una niña tomando el volante. Como Inga nació el año 1934 supongo que es la niña aferrada al volante.

Yo la recuerdo cuando solía ir a Victorica en avión piloteado por ella misma. Vestía camisa blanca, con brech color claro y botas caña alta. Daba una vuelta o dos sobre la plaza para que alguien de la casa de Viniegra Hermanos la fuese a buscar al campo de aterrizaje. Era clienta de la peluquera Irma Becerra y del Residencial Amat según recuerda Lía Peirone.

A veces la veía toda de blanco, incluso con zapatillas blancas y el cabello dentro de una red para que no se le volaron con el viento. Eran ocasiones en que iba a jugar al tennis con algún amigo en la cancha que tenía el Club Cochicó en la década de 1946-1955. La supe ver también participando del Grupo Crea en la estancia “El Venado” de Pascual García.

Se casó con Jacobo Niemeijer con quien tuvo una hija que lleva el nombre Victoria. Enviudó y siguió viviendo en el campo. El pavimento paso desde Winifreda hasta Telén el año 1972 así que durante muchos años se desplazó en automóvil, generalmente camioneta, a buscar provisiones, pasaar por el Correo, ir al Banco o asistir a los remates ferias. Más cerca le quedaba el pueblo Carro Quemado fundado el año 1924, para las urgencias. Y cuando necesitaba ir a Buenos Aires tomaba el tren en la estación de Victorica hasta que en 1993 se privatizaron y no corrieron más.

Tuve la oportunida de saludarla el año 2019 en la estancia La Holanda cuando descubrimos la placa. La ultima vez que nos vimos fue en la casa de campo de las Vertientes, la noticia de su partida me la dio el estimado amigo Armando “Fuya” Muñóz Terán, quien tiene desde hace 13 años en su patrimonio un piano que supo ser de su familia.

4 Comments on “Inga de “Las Vertientes””

  1. La señora Inga era enfermera y le ayudo a mi madre en el parto de mi hermana más chica… mis padres trabajaron en el campo de las vertientes…
    Compartíamos muchas horas de juegos con Victoria…
    También sabía estar la Oma que yo no recuerdo si era la mamá de don Jacobo o de doña Inga…
    Nos llevaban a la escuela de Carro Quemado en un Citroën amarillo que en la tapa del baúl tenía dibujado un patito…

  2. Me contaron que mportaban las “delicatessen” navideñas desde europa para la época de nuestro invierno y así coincidir su degustación el 9 de Julio cómo el frío europeo del 25 de Diciembre, conservando así la tradición gastronómica de las comidas europeas.

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