Victorica, los Berasategui y su avión.

La familia Berasategui, era una familia que vivía en la provincia vasca de Viscaya, en la comarca de Bilbao y en el pueblo Matamoros de España, frente al mar Cantábrico. La madre estaba muy apenada por el futuro que tendrían sus hijos, dado las continuas guerras internas e internacionales a los que eran enviados los jovenes a defender la soberanía no sólo en el continente europeo, sino también en el norte del continente africano.

Fue por eso que doña Petronila Dolores Sabando convenció a su hijo mayor Félix de emigrar a la Argentina, donde tenían parientes, para ponerse a salvo de ser convocados para la milicia. Así lo recibió su tio Bautista Padrone en la estación del ferrocarril del Oeste un 24 de octubre del año 1913.

El año 1917 arribó el segundo hermano llamado Francisco. Él fue quien trajo consigo los planos para fabricar un avión, algo que se le había metido en la cabeza mientras estudiaba en la escuela técnica de su pueblo.

El año 1914 estalló la Primera Guerra Mundial en Europa. Dicha guerra recién terminó a fines de 1918, que tuvo teatro de operaciones no sólo en el continente europeo, sino también en el africano, costas del americano y varias islas del océano Pacífico, lo que le dio la razón a doña Petronila, ella no quería que sus hijos fueran carne de cañón.

Ya con dos de sus hijos ubicados en la Argentina, en un pueblo denominado Victorica, que estaban trabajando bien con un taller, empuja para que su hijo menor, al que también bautizó con el nombre de Félix por lo cual su sobrenombre era “Felucho” se embarque para América con destino a la República Argentina. El joven Berasategui-Sabando, hijo de Juan arribó a Victorica el año 1932, cuando la Nación Argentina se encontraba envuelta en Buenos Aires por el enfrentamiento entre los conservadores y los radicales.

A los tres años de la llegada de “Felucho”, Francisco “Paco”, empuja a sus dos hermanos a armar un avión. Él y su hermano Félix viejo, habian visto el avión de Rufino Luro Cambaceres cuando estuvo el año 1924 en la chacra que se usaba como pista de aterrizaje en las afueras de Victorica.

Así es que le compran un motor de avión a Ramón Borthiry que tenía al sur de la provincia de San Luis y en los ratos libres le daban indicaciones al menor, que se terminó enamorando del proyecto. Dado que Félix viejo era molinero, colocaba nuevos y arreglaba los desperfectos de los viejos, que había en el pueblo y en las chacras y campos de los alrededores. Además tenía aparejos con los cuales había colgado el campanario de la Iglesia el año 1928. Antes fue quien colgó los dos grandes espejos franceses que están en el Salón Municipal “Benjamín Victorica”. También arreglaba carros que todavía existían de la época de la tracción a sangre, antes que llegaran en 1922 los primeros automóviles.

El motor era de origen francés, modelo 1909, era un Gnome de nueve cilindros, que giraba a un máximo de 1.000 rpm alrededor de un cigüeñal fijo, moviendo la hélice sujeta al block del motor, según nos contó Juan García, hijo de Felucho. Las ruedas creo que eran de antiguas llantas y las chapas del fuselaje eran retazos soldados, sobre los caños de hierro que usaba para los molinos el mas experimentado, Félix viejo.

Según los recuerdos de antiguos pobladores que asistieron el proceso del armado y puesta en marcha del mencionado avión, el mismo fue armado en el taller que tenían frente a la cancha de pelota a paleta -actual calle 13 entre la 16 y l1 18-. La foto está tomada en la calle frente al taller después de la puesta en marcha de prueba. Cometieron el error de hacerlo arrancar dentro del local del taller y la potencia del motor hizo que se elevara hasta tocar las chapas del techo.

Si se fijan debajo de la panza del fuselaje se observan a dos niños que miran desde lejos y que seguramente fueron atraídos por el ruido del motor y el asombro de ver por primera vez un avión a una cuadra y media de la plaza.

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