Imbelloni Hermanos italo-pampeanos

El primero de los hermanos italianos de apellido Imbelloni que llegó a la Argentina y que inmediatamente comenzó a trabajar, fue Víctor. Su tío Nicolás Marzano que ya estaba instalado en la coloniaTelén, cortando alfalfa para el francés Alfonso Capdeville, le había escrito solicitándole que viniera, porque tenía trabajo para él.

Efectivamente apenas se saludaron e intercambiaron pocas palabras le dieron una horquilla y lo pusieron a trabajar arriba del carro. Es que Víctor era un muy buen pistín, término en la jerga italiana a quien manejaba con habilidad la horquilla para hacer las parvas.

“Los 3 Hermanos” eran Víctor, Isidro y Vicente Imbelloni, primos de los siete hijos del italiano Nicolás Marzano

Esta Nota de Venta permite constatar documentalmente, lo que don Vicente, el administrador de la sociedad nos contara en una entrevista que le hice y que fuera publicada en el diario La Capital de Santa Rosa (La Pampa) como homenaje para el Centenario de Victorica en 1982. Él era el menor de todos y había sido enviado con el mandato familiar de volver todos juntos al hogar natal.

Para esa fecha del año 1928 tenían frente a la Municipalidad y en diagonal con la plaza una Fonda, que habían alquilado a Guaycochea, el dueño anterior.

Por otra parte ya tenían una sucursal del comercio en la localidad de Luan Toro, a la que habían bautizado como “El Garibaldi” que estaba a cargo de Isidro el segundo hermano que arribó a La Pampa Central y donde realizaban un comercio de acopio de cereales en mayor cantidad y diversidad del que era posible en Victorica y Telén.

Este Resumen de cuenta de la Comisión de Fiesta sintetiza las diversas operaciones realizadas durante el mes de diciembre de 1928. Como se aprecia el casco, era el barril de madera donde venía el vino desde Mendoza o San Juan y tenía un valor, por eso el acopio y se facturaba cuando se prestaba a personas o entidades.

En la década de 1930 contratan al italiano José Vitanza para que les construyera el edificio propio para el Almacen de Ramos Generales y la Fonda, quien vivía en diagonal al lugar donde se levantó la casa de familia junto a las demás dependencias comerciales, incluyendo el depósito para la barraca.

Como el presupuesto acordado era de una suma importante y dado la crísis internacional y nacional desde 1933 alquilaron algunas habitaciones para el Juzgado de Paz y la Comisaría. Eso les permitía tener ingresos extras para pagarle a Vitanza y atender otros gastos fijos.

Pero la década de los años malos los perjudicó dado que la crisis ambiental, económica y financiera se profundizó, debiendo hacer frente a la liquidación de vacas que habían llevado a la provincia de Buenos Aires para intentar salvarlas, pero las que no se murieron debieron ser liquidadas para hacer frente a los arrendamientos.

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