LUAN TORO, tierra de colonos.

Segunda parte

Una nota del desaparecido diario La Capital de Santa Rosa (La Pampa) fechada el 8 de julio del año 1900 expresaba que: “una parte de los indios de La Blanca ya han levantado los toldos para ir a establecerse en la Colonia General Mitre. Con este motivo muchos indios que se habían dispersado para trabajar en la provincia de Buenos Aires y en el territorio han vuelto al llamado de sus capitanejos para recibir las 625 hectáreas ofrecidas a cada familia.

Muchas de las gentes del capitanejo Pedro Morales y de los hijos del cacique Cabral no llevan en haciendas cantidades suficientes para el consumo, ni arados, ni otros instrumentos de agricultura. Pronto va a llegar para ellos, como problema apremiante, la cuestión víveres. Es necesario que el gobierno los provea de estos elementos o de lo contrario se sabe cuál va a ser el resultado del problema”.

En la primera parte de este trabajo ya publicada, hemos constatado, por el relato de las nietas de Carripilón (1) cual fue efectivamente el resultado, del traslado a la Colonia Mitre para sus familiares.

Durante el gobierno del Territorio Nacional de la Pampa Central del general Eduardo Pico, se aplicaron las normas nacionales de fomento a la inmigración, dado que este era un Territorio Nacional que no tenía autonomía. Se preferían familias europeas, especialmente de origen anglosajón, pero los que vinieron en masa fueron españoles, italianos y franceses. Para impulsar la radicación se ofrecían a los potenciales colonos que tuvieran experiencia como agricultores, trasladarlos en forma gratuita hasta el lugar y además se les proveía de:

a) tierra para sembrar, b) una yunta de bueyes y c) un arado y semillas.

Del resultado de la cosecha se le dejaba el 30 %, deduciendo los gastos de manutención.

Como Luan Toro está situada dentro de la cuña del bosque nativo del caldenar, la primera tarea era la de desmontar. Esto inducía a los terratenientes a crear colonias porque vencido el plazo, si no se renovaba la opción le quedaba la parcela desmontada para utilizarla con otro fin o volver a arrendarla a mejor precio.

Las colonias.

El año 1901 el francés Alfonso Capdeville funda en su campo la Colonia Agrícola Telén. El año 1904 se crea al este de Victorica un pueblo denominado Loventuel, por un pequeño grupo de criollos que vienen con sus majadas de ovejas criollas desde la provincia de San Luis en búsqueda de tierra para expandirse. Se asentaron en las chacras de 100 hectáreas y menos que había hacia el lado de Victorica y algunas hacia el lado de Luan Toro. El año 1905 se crea, a unas cuantas leguas más al este otra colonia en la estancia Las Liebres. Ese mismo año pasan por esas tierras con sus rieles, dos ferrocarriles. El del Sud que provenía del puerto de Bahía Blanca y el del Oeste que provenía del puerto de Buenos Aires, el pueblo se bautizó General Pico en homenaje al ex gobernador.

Y el año 1908 se crea la Colonia Castex y más al oeste de esta surgirá Luan Toro. Es que el mismo ferrocarril con sus ingenieros eran los que promovían la constitución de estas colonias para tener cargas que les permitiera ganar fletes y tener rentabilidad suficiente para continuar con las inversiones en el tendido de las vías hacia el oeste donde pasaban los dos grandes ríos, el Salado y el Atuel y poder luego alcanzar el gran río Colorado, para desde allí intentar alcanzar el Neuquén y desde allí cruzar la cordillera de los Andes, por el paso más bajo y así llegar al océano Pacífico.

La primera colonia de lo que actualmente es Luan Toro se bautizó “Colonia Lanutor” que se estableció en las chacras, quintas y solares que se lotearon por cuenta y orden de Eduardo Madero y remató Juan Smidt, quien llegó desde Santa Rosa. Según los datos de la estación del ferrocarril el agua se encontraba a una profundidad de 44 metros aproximadamente. Además las lluvias según datos oficiales registrados y publicados a partir del año 1921 señalan para Luan Toro estas cifras de precipitaciones 1921 724 mm; 1923 582 mm; 1925 816 mm y año 1926 689 que dan una muestra de una década de excelentes niveles de humedad. Es por esto que es dable suponer que la década que va desde 1910 del primer Centenario de Argentina y hasta 1920 el promedio de las lluvias pudo superar entre los 450 y 550 milímetros.

Esto seguramente influyó para que se fundarán las otras colonias denominadas “La Pampa del Tigre”, “La Veta” y “La Delmira”, aprovechando la década de los años buenos con abundantes lluvias y el trabajo de las familias, del que participaban no sólo los hombres sino también las mujeres y los niños que no eran mandados a la escuela porque se priorizaba el trabajo familiar para lograr ingresos.

En ellas se sembraba no sólo trigo sumamente necesario para hacer pan, sino además centeno para alimento de los animales y también alfalfa, dado que en algunas zonas este cereal daba un rinde que permitía hasta cinco cortes anuales y sobre todo que tenía muy buen precio en el mercado nacional y de exportación.

La epopeya de la alfalfa.

El diario La Capital de Santa Rosa insertaba estas noticias en sus páginas dado que eran de suma importancia para sus lectores y suscriptores de entonces:

14-04-1901 “Un motor de trilladora de alfalfa de las más perfeccionadas, y una desgranadora de maíz también de las más modernas, han sido adquiridas por don Alfonso Capdeville para su estancia de Telén. La producción de semilla de alfalfa en el mencionado establecimiento se calcula en 100.000 kgs., más o menos, toda la que será remitida a Buenos Aires.”

27-06-1903 “Otras dos trilladoras pasan al departamento Victorica, con las que serán cinco las que allí existirán, todas para semillas de alfalfa. Las dos trilladoras nuevamente adquiridas lo han sido: una para don Amando Lernoud y otra para don Máximo García, ambas para hacerlas trabajar en primer lugar en los campos de su propiedad. Es admirable el rápido desarrollo de ése cultivo en aquella región.

La producción ha sido este año tan espléndida que, como puede colegirse por las nuevas adquisiciones de maquinaria a esta altura del año, ha hecho errar los cálculos respecto a los elementos con que se contaba para su recolección. La cantidad de semilla cosechada por hectárea y sus cualidades, evidenciada por el primer premio obtenido en la Exposición Agrícola, producirá una verdadera revolución en los trabajos y en los valores de aquellos campos”

04-07-1903 “Los cueros de Capdeville y Ares…, que fomentan un centro de agricultura completamente particular que producen en el presente año 400.000 kg, de semillas de alfalfa que alcanza el Primer Premio en la Exposición de Agricultura.”

19-07-1905 “De esta manera la agricultura ha progresado en el establecimiento rápidamente y hoy cuenta ya con más de 3.000 has. de espléndidos alfalfares, divididos en 12 potreros perfectamente alambrados. Se continuará con la preparación de otros hasta abarcar una extensión de 7.500 has. Se ha prestado preferente atención a la semilla de alfalfa, de la que se exportaron hasta la fecha correspondiente a la última cosecha: 1904/5 más de 80.000 kgs. Recordamos a este respecto que el Jurado de la Exposición de San Luis (EE.UU.) acordó a la semilla de alfalfa de “Telén”, el año pasado el premio: Medalla de Oro; distinción de verdadera importancia que comprueba la excelencia de la semilla y demuestra la esmerada labor que allí se dedica a la producción.”

Evidentemente todas estas noticias produjeron en otros propietarios de otros campos el denominado efecto contagio o imitación, dado los excelentes resultados obtenidos por los agricultores innovadores como Capdeville, Lernoud y García en la zona. Sobre todo el francés que se atrevió a importar más trilladoras, a contratar más personal y hasta intentar conseguir socios capitalistas en Francia. Además fundó un Banco de Crédito Rural único en el Territorio y en la Argentina.

Dice al respecto de esta época del poblamiento de la Pampa Central el profesor Fernando Araoz (2) “La segunda oleada poblatoria, 1900/1914. Representa la época de oro de la colonización agraria, a tal punto que en 1914 el tercer Censo Nacional registra 101.338 habitantes, o sea cuatro veces más que en 1895, diecinueve años atrás. Esto significa duplicar la cantidad de habitantes cada nueve años, crecimiento más que explosivo. Su motor: la agricultura.”

Efectivamente el Censo Nacional de 1914 sirvió para constatar los resultados para el Departamento VII que tenía a Victorica como capital con: 5.410 habitantes en total, de los cuales 705 eran extranjeros y se repartían entre 2.890 que eran varones y 2.520 mujeres. De entre los extranjeros, la mayoría eran españoles (369) por razones de idioma, le seguían los italianos (149) algunos de los cuales habían fundado en Victorica una Sociedad de Socorros mutuos el año 1902 y los franceses (50) que primero se establecieron en Victorica y luego de 1901 muchos se fueron a Telén detrás del líder de la colectividad el multifacético Capdeville, quien había comprado dos quintas en Luan Toro, dado que allí también residían algunos connacionales y existían buenas perspectivas para la alfalfa.

Además, en el censo nacional citado, dentro de dicho departamento figuran 42 otomanos comúnmente designados como “turcos”, que en realidad eran descendientes de árabes y 30 austrohúngaros. Luego en orden decreciente aparecen 31 uruguayos, 16 chilenos y 7 alemanes.

La escuela nacional Nº 55.

La primera autoridad constituida en el núcleo urbano que dio inicio a Luan Toro fue la del director de la escuela de nivel primario. El maestro designado por el Consejo Nacional de Educación don Laureano González, quien fue maestro en la escuela de varones Nº 7 de Victorica.

Allí había participado también de la creación de la Biblioteca Popular impulsada por su amigo el maestro riojano Félix Romero, quien lo propuso para el cargo de primer bibliotecario ad honorem.

En Luan Toro nacieron y fueron bautizados siete hijos, de su matrimonio con Dolores Ortiz. Participó en todos los momentos importantes de la creciente población. Allí estuvo como “secretario ad hoc” el año 1923 cuando se constituyó la Comisión de Fomento. El año 1930 fue uno los maestros que crearon la Asociación de Maestros Pampeanos, fundada en General Pico el año 1928 y cuyo primer presidente fue su amigo el maestro Armando Romero Chaves. El año 1934 fue a despedir los restos de su estimado amigo Félix Romero quien murió en Mendoza, diciendo las palabras póstumas. González falleció en Mendoza el año 1938, a una calle de la ciudad de San Luis la han bautizado con su nombre en homenaje por su aporte en los campos de la cultura, la educación y la pedagogía. Un retrato de medio cuerpo se puede apreciar en la galería de la escuela, para el 75 aniversario de la misma (16-2-1984) estuvo presente una de sus hijas y una nieta.

Inmediatamente después de creado el pueblo se habilitaron las oficinas de la estafeta de correos y la comisaría. El año 1911 abrió sus puertas el Registro Civil, que estuvo a cargo del señor Tomás Nahon.

(1) Ver: página facebook de Luan Toro.

(2) Araoz, Fernando Enrique: “La Pampa Total. Aspectos Geográficos” Subsecretaría de Educación de La Pampa. Santa Rosa septiembre 1991.

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