Carlos Alberto Urquiza guitarrero y cantor

El lunes 18 de febrero de este año 2.019 en horas de la tarde, por intermedio del amigo Cacho Arenas, me llegó la triste noticia de que nuestro amigo Carlos Alberto Urquiza, había emprendido su camino hacia la Luz que no tiene fin.

La segunda persona desde la izquierda era don Justo Urquiza, posando el año 1962 con el resto del personal de Obras Sanitarias de la Nación en Victorica (La Pampa) 

Era hijo de don Justo Urquiza y doña Alcira Ortíz, nacido un 6 de enero del año 1.942, según dicen algunas fuentes, en Santa Rosa, Capital del entonces Territorio Nacional de La Pampa Central.

Fueron sus hermanos: Hugo que tocaba la guitarra y el bandoneón, gran serenatero e integrante del conjunto “Pampa y Cielo” que creara doña María de los Ángeles Piorno de Martín en  Victorica, en la década de 1950; René que se fue a vivir a Mendoza, Humberto “Beto”, guitarrista de larga actuación en la música folklórica, comenzó junto a su hermano publicamente en “Los Ranquelinos”, pero años después se radicó en Guatraché, donde integró “Cultrum” y también, antes de eso la denominada música beat, con el recordado “Clan 5”. Sus hermanas fueron Elsa Aide, Ester y Alicia.

Del lado derecho de la imagen se observa a Carlos y a su lado su madre doña Alcira, en una noche de peña en el local denominado “El Camaruco”, donde el cocinero era don Zalazar un santiagüeño

Lo conocí allá en nuestra Victorica natal por el año 1957/8, en la quinta de los Cardoso, en la que vivían sus padres. Ahí los encontré una tarde de verano ensayando, a los hermanos Carlos y Humberto, tratando de afinar las cuerdas e interpetar melodías folklóricas, todavía Cosquín no había comenzado, le compraban la revista Folklore, al repartidor Rafael Piccolomini.

Allí escuché por primera vez el nombre “ranquelinos” y una conversación entre ellos y su padre sobre los indios de la comarca. Me quedó gravado que don Justo defendía al Cacique Baigorrita, como al más valiente de todos. Y si la memoria no me traiciona, creo haber oído que él mencionaba que de ese antiguo tronco provenían los Urquiza. Además en Luan Toro, la investigadora Ercilia Moreno Chá, entevista y graba a un guitarrista llamado Antonio Urquiza; en el sepelio de Carlos alguien dijo, “todos los Urquiza tocaban la guitarra”. Tal ves el investigador y genealogista de pueblos originarios José Depetris, pueda sacarnos esta duda.

Según el Investigador y Escritor, Ruben Evangelista, el conjunto “Los Ranquelinos, fue el primero que interpretó canciones de autores pampeanos, es decir fueron los que abrieron la huella, una agrupación, que con distintas formaciones perduró muchos años desde principios del año 1.960.

En la foto de arriba, que me facilitara el hijo de “Pelusa” Díaz, se observa parado con guitarra a Gerardo Molina, sentado Andrés Díaz, a su lado Oscar García sobre quien, amicalmente un joven Carlos Urquiza descansa su mano derecha. Ya tenía en su cabeza esa entrada que preanuncia la calvicie que luego lo invadiría.

Carlos se fue haciendo conocer en el ambiente y quienes lo trataron y trabajaron con él, cultivando la veta artística de la música, y el canto, reconocen que era una persona de trato afable. Me permito agregar que era un hombre bueno. Bondad seguramente derivada de la personalidad de su madre a quien tuve el gusto de conocer y tratar, cuando yo tenía catorce años, en la casa de la familia Funes de Victorica.

Nos sabíamos amanecer jugando a la lotería de cartones, al chinchón o la escoba, con doña Alcira, doña Luisa la dueña de casa, Germán el jefe de la familia Fúnes, el “Lalo Cisneros” su cuñado, y algún otro amigo mientras tomábamos mate con torta frita o degustábamos unos pochoclos calentitos. Si Carlitos aparecía de vez en cuando se prendía a las tortas fritas y el mate, pero no era muy afecto al juego. Igual que la María, que trabajaba en el Hotel de Figueroa, que llegaba tarde, de pasada para su rancho en Los Pisaderos.

En esta imagen, tomada en el Club All Boys  de Santa Rosa, aproximadamente el año 1.965, está Carlos Urquiza frente al micrófono cantando, detrás se lo ve a Oscar García, al centro a “Pelusa” Díaz, a su lado “Lalo” Molina y a la derecha “Beto” Urquiza

En Santa Rosa fue asiduo concurrente a todas las peñas, desde “La Querencia“, “El Camaruco“, “El Temple del Diablo” y otras. Se casó con la hermana de “Tucho” Rodríguez, de cuyo matrimonio nacieron dos hijos y luego, por esas cosas de la vida, con una segunda compañera trajeron a este mundo a una hija más.

Vivía en el Barrio Butaló, de Santa Rosa, fue buen vecino y preocupado por los problemas barriales, integró varios años la Comisión del mismo. Muchas veces lo vi pasar por la calle Autonomista rumbo a su casa, en algunas ocasiones en auto, en otras en bicicleta y también caminando.

Su pasión de toda la vida fue la guitarra. Me reencontré con él cuando la “Agrupación Pampeana Confluencia” (1982) decidió grabar el cassette con poemas del escritor Juan Carlos Bustriazo Ortíz. Recuerdo que Ricardo “el ruso” Di Nápoli, que tenía la librería “Amerindia” en la esquina de las calles 25 de mayo e Hipólito Yrigoyen vendía anticipadamente la obra para colaborar en el financiamiento de la misma.

Participó con Confluencia y Pampamérica del programa denominado “El Canto de La Pampa en las Escuelas” creado con el aporte de la escritora Dora Battiston, que fuera declarado de interés y financiado por el Ministerio de Cultura y Educación de La Pampa.

Esta imagen la tomó el amigo Miguel García. En ella se lo ve a Carlos contando alguna anécdota a sus amigos que lo escuchan atentamente y con cara sonriente, ellos son Julio Aguirre y “Fueguito” Acosta

Daba clases privadas para quienes quisieran amigarse con ese instrumento que amaba, la guitarra criolla. También incursionó en la docencia en la escuela nocturna “Héctor Ayak Guiñazú” de Santa Rosa y fue contratado varios años como asistente técnico por la Subsecretaría de Cultura de la provincia de La Pampa.

En esta fotografía se lo ve a Urquiza, posando para el fotógrafo, que no sabemos quien fue, junto al guitarrista residente en General Pico, pero nativo de Victorica, Julio Ortíz, ¿serían parientes?
Desde sus comienzos en los “Huelleros de Huitru Mapu, en los que diera sus primeros pasos, junto a su hermano Humberto, Mareque, Gavazza y Domínguez -allá en la ciudad de Córdoba para el 25 de mayo del año 1966-  hasta la consagración definitiva, toda su vida estuvo concentrada en la guitarra y el canto.

Carlos fue quien le dijo a la investigadora Ana María Romaniuk que La Pampa tiene como canción representativa por excelencia a la milonga “porque es la forma musical más adecuada para decir esto, que es lo que tiene para decir el pampeano”.

Cuando formó parte de Pampamérica se encontró con María Antonia Poggi, pianista y tecladista oriunda también de los pagos de la comarca de Victorica, de la que guardaba lindos recuerdos.

En la foto se lo observa recibiendo el Premio “Testimonio” del gobierno de la provincia de La Pampa a su extensa trayectoria en el folklore regional pampeano

Después de su paso por Los Ranquelinos del que fue fundador, Carlos se sumó a la Agrupación Pampeana Confluencia, en la que actuó como arreglador y director, recuerda Evangelista, en la biografía que escribió en su libro, posteriormente a partir del año 1.993 a “Pampamérica” de la que fue cofundador. En todas esas formaciones no sólo tocaba la guitarra, sino que también cantaba, tenía, dicen los expertos una voz de barítono bajo.

Tocaba la guitarra con la mano izquierda, por lo que sus amigos parece que le decían el “Zurdo” Urquiza. Pero además de esa virtud, con los años fue convirtiéndose en un arreglador de los temas de las agrupaciones con las que se hizo conocido. Evangelista resalta la importante labor como arreglador que cumplió y que ha legado al Cancionero Regional Pampeano. Para eso seguramente que hay que tener muy buen oido y sobre todo saber apreciar, pero fundamentalmente tener poder para convencer a los autores de cual era la mejor versión.

En esta foto tomada también por el amigo Miguel García, se lo observa poniendo la mano en el hombro a Guito Gaich, un gran defensor y divulgador de nuestra música pampeana y argentina

Fue guitarrista de Marcela Eijo una gran cantante de temas pampeanos. Junto a ella, el guitarrista Ortíz y su esposo el músico Federico Camileti presentaron en Cosquín el año 2011 la cantata “Agua de Todos” referida a la problemática de nuestro río Atuel, cercenado por los intereses económicos de la provincia de Mendoza.

Además fue director de Coros y el arreglador de la música de la obra “Canto a la Tierra que habito” del escritor y poeta fallecido hace poco tiempo Guillermo Herzel, de Guatraché. Fue director de la grabación del disco compacto en homenaje a Carmen “Chela” Gentile, la autora y compositora de General Acha, que impulsara Néstor Massolo.

Su alma descansará en paz desde hoy en el Cementerio Parque de Santa Rosa, pero su espíritu bueno, alegre y festivo, estará con nosotros permanentemente.

Fuentes
Diario La Arena
Diario El Diario
Evangelista, Rubén R.L. “Historia del Cancionero Folklórico Contemporáneo de La Pampa”, Ediciones Pitanguá, Santa Rosa 2009

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