El primer comercio.

Los primeros comerciantes que llegaron al Fortín Resina, con la columna colonizadora del Ejército Nacional el año 1882, fueron los proveedores de los regimientos. Ellos eran don Francisco Lemme que provenía de San Luis y don Pistarini que provenía de Río Cuarto (Córdoba).

Como en los primeros tiempos estos abastecedores tenían grandes carros y además muchos animales entre mulas, caballos y bueyes se les asignó algunas manzanas alejadas de la que se fijó como la plaza de armas y en la que estarían los cuarteles.

Pero alrededor de 1885 se presentó solicitando tierras al Comandante de entonces don Froylán Leyría el señor Juan J. Llorens que provenía de Trenque Lauquen (Buenos Aires) y lo hacía en representación de la firma J.J. Llorens, J.Antich y Cía.

Se le asignaron dos solares de cincuenta por cincuenta, el primero daba frente a la plaza, en diagonal a la manzana donde posteriormente se construiría la Iglesia del pueblo. Es por ese motivo que el Almacén de Ramos Generales, Barraca y demás dependencias quedó situado más cerca del centro de la plaza.

Don Lucas Viniegra, un español, que tenía almacén en la zona rural recién se instaló con su negocio el año 1887 y construyó su propio local el año 1901. El primero que se desarticuló fue el de Llorens al fallecer el socio en 1917. Los que pasaron momentos difíciles que los obligaron también desprenderse de sus negocios fueron la familia Lemme. No pudieron resistir la gravísima recesión de la década de 1930, combinada con problemas familiares. El que más años se mantuvo fue el de Viniegra con sus hijos y posteriormente con sus nietos, que recién cerró sus puertas en la década de 1980.

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