LUAN TORO, antiguo paraje ranquelino.

Primera parte.-

1.- El significado del topónimo según investigadores argentinos.

“Topónimo: Luan Toro. Variante: Del Toro”

“Análisis y significado: La información antigua consignada por Stieben (Enrique) es unánime (1966, 59) en escribir Lan Toro, y variantes, por lo cual poca duda puede caber para aceptar que se trata simplemente de algo relacionado con algún toro o la muerte de un toro; aquella versión es casualmente la consignada por (Luis) de la Cruz en 1806. Los indígenas actuales de La Pampa me tradujeron (con una excepción que va al final) “donde mataron un toro” o Variantes, del siguiente modo: Freytes, langümtorowe (sin traducción). María Pral, langüm toro, “toro muerto”; Pinedo, langüm toro, (Sin traducción); Margarita Cabral y Páez, langüntorowe (sin traducción). Luis Baigorria, langüm toro, “murió un toro”. El anciano (88 años) Alfredo Rosas, nieto de Epumer Rosas nada menos, lo pronunció l`amgüm toro, y aclaró que “antes todos lo pronunciaban así; no sé porque ahora dicen lwan toro…” El todo: por lo tanto es Langümtorowe. Literalmente “donde han matado un toro”.

“El topónimo se ha deformado a través del tiempo en Lan toro, “toro muerto” primero, y en Luan toro después. Esta última forma, curiosamente también posee significado (y por eso se explica), ya que lwn en araucano es no solamente el guanaco, sino una especie de “búfalo de color de guanaco”. algo como un animal fabuloso que habría aparecido en ese paraje.”(1)

La acepción recopilada por otro investigador y escritor para leer otra fuente.

“Con anterioridad a la mensura de Alsina de 1885, el coronel Benito de Acosta y el maestro de campo don Ventura Montoya nos transmiten en su “Noticia individual” (1776) el topónimo Atoroué (Antorohué) y lo traducen por “toro muerto”, olvidando por desconocimiento lingüístico el vocablo hué, que significa “donde hay”. Posteriormente pasa por allí don Luis de la Cruz (1806) y registra también la denominación Toro Muerto dada al paraje”. (2)

2.- Noticias de los militares.

Las primeras noticias de las incursiones militares en la zona son las que han quedado escritas en los libros de Mansilla (1870) cuando visitó al cacique Mariano Rosas en su toldería a la orilla de la laguna Leubucó y la Memoria militar descriptiva sobre la campaña de la 3ra. División expedicionaria escrita por el coronel Eduardo Racedo (1881). Este último inserta estas líneas de H. Alzogaray que dicen: “Votatrequen a Launturué. Distancia: 4 leguas. Terreno llano guadaloso, buenos pastos, extensos montes y aguadas en casi todo el trayecto.”

Esto explica el porqué eligen ese lugar para reagruparse allí, quienes salvaron sus vidas de la “batida final” del ejercito (1879). Los cacique siempre buscaban para instalar sus tolderías los lugares donde hubiese una laguna de agua buena, un monte con mucha leña cerca y sobre todo pastos tiernos para la caballada.

3.- Los datos de los misioneros franciscanos y salesianos.

Los misioneros franciscanos Marcos Donatti y Moisés Álvarez acompañaron al coronel Lucio V. Mansilla en su famosa visita a Leuvuco, contada en su libro “Excursión a los indios ranqueles” (El 20 de mayo de 1870 publica la primera de las “cartas”. El Congresdo Internacional de París (1875( premia su libro Una Excursión a los indios ranqueles.)

El cura franciscano Giovannini, italiano, salió en sulki desde la iglesia de Victorica a misionar en “La Blanca” a fines de marzo de 1892, transitando por la huella de las antiguas rastrilladas. Los dueños que lo reciben le permiten levantar una capilla provisoria, la que dedica a “San Justo”, en tanto que la sala en la que predica la misa en latín es ofrendada a “San Antonio de Padua”, supongo que en honor al estanciero de apellido Justo.

Tres años después, el cura franciscano Leonardo Herrera pasará diez días misionando entre “La Blanca” y los campos de los alrededores.

El intendente de Victorica, el francés Alfonso Capdeville, en una carta que le envía al reverendo Pedro Orsi de la parroquia de General Acha, por entonces capital del Territorio Nacional advirtiéndole que no había cura en el pueblo y que “sin embargo me aseguran que el padre Herrera ha seguido viaje hacia “La Blanca”, donde hay muchos “niños infieles”, una especie de reproche disimulado con cortesía.

Años después visitará el lugar el misionero italiano, párroco de Victorica, Juan Roggerone, para brindar no solo ayuda espiritual y predicar el evangelio sino además acercar alguna ayuda material para las familias más pobres, en una población aún rural que iba en constante aumento.

4.- El traslado a la Colonia Emilio Mitre.

El Gobierno Nacional dispone crear en el Territorio Nacional de la Pampa Central dos colonias destinadas a las familias de los aborígenes que habían sufrido el despojo de la tierra donde habían vivido sus ancestros. Una fue la Colonia Emilio Mitre en el Departamento Chalileo, donde se destinaron 80.000 hectáreas con ese destino. Antes de entregarse las mismas fueron subdivididas en chacras de 625 hectáreas cada una, lo que permitieron el asentamiento de 108 familias la gran mayoría de la etnia ranquelina y otras de procedencia araucana. Allí fueron precisamente trasladados los que estaban en “La Blanca”, llevando sus caballos y sus escasas majaditas de ovejas.

Según han contado las nietas de Zenón Carripilón, antiguo descendiente del tronco del cacique Carripilún que le franqueó el paso por sus tierras al Intendente chileno Luis de la Cruz cuando en 1806 cruzó desde Chile rumbo a Buenos Aires, esto fue lo que habría sucedido.

“Nuestro abuelo Zenón nació en 1890 en un corral de chivas quien fuera (un) integrante más de la tribu que vivía en lo que hoy es la “Estancia La Blanca”

“Engañados por inmigrantes se fueron de su Mapu (Tierra) buscando sobrevivir, hacia el oeste con sus 600 ovejas y sus caballos. Armaron sus toldos y se asentaron a orillas del Rio Salado, pero la sequía hacía muy difícil la supervivencia de los animales que se morían de sed y de hambre. Ellos sabían que sus vidas corrían peligro y decide regresar a sus tierras y con los pocos caballos que le quedaban viajaron enancados.”

Acoto que en esa zona la isohieta marca un promedio escaso entre 300 y 400 milímetros anuales. Por otro lado en las cercanías pasaba en aquellos años el rio Salado-Chadileuvú, con aguas que no eran precisamente buenas ni para las personas ni tampoco para los animales. Asimismo allí no había bosque con leña abundante o buenos pastos para los animales. Porque era el predominio de la jarilla, el alpataco y del arbustal achaparrado tipo patagónico.

“Habían pasado algunos años, no muchos, los que se fueron niños volvieron adolescentes y encontraron un poblado de ranchitos de adobe, nació Luan Toro.

Margarita Cabral, hija de una cautiva de apellido Carballo Miranda quien fuera robada por un malón, e hija de un brasilero llamado Jaucinio. Las vecinas le enseñaron a peinarse, a arreglarse, cuidaban su rostro con estiércol de gallina (tomaban solo la parte blanquecina) y se maquillaban exprimiendo flores silvestres en sus manos.

Margarita Cabral se unió en pareja con Zenón Carripilón, su primer hijo se llamó José quien nació en el año 1916, después llegaron Rosa, Amalia, Manuel, Elías, Zenón, Agustín, Transita y Delfina.”

En el folio 167 del libro de Bautismos de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced de Victorica, el misionero italiano Juan Roggerone dejó asentado: “De Misión en La Blanca-Pampa Central, en el día 25 de febrero del mil novecientos, el infrascrito cura vicario de esta parroquia bautizó solemnemente a Margarita, nacida en 24 de enero del corriente año e hija legítima de Levinao Cabral de treinta y seis años de edad de la Pampa y de Rosa Miranda y fueron padrino (s) Juan García y Rosa Godoy, de que doy fe. Firmado Juan Roggerone”. A continuación Roggerone registró el bautismo de Luisa Cabral, hija de los mismos padres.

“La Blanca” era una de las grandes estancias, en cuyo interior había una gran laguna de agua buena, un bosque de caldén con antiguos árboles, que fueron talados en las grandes hachadas durante el desarrollo de las Guerras Mundiales (1914-1918 y 1939-1945) y buenos pastos naturales. Era propiedad de la firma La Perseverance S.A. que tenía como mayordomo al señor Juan Galant. Está situada a unos 8 kilómetros al este de Luan Toro. Posteriormente fue propiedad de la firma Molinero Hermanos.

(1) Casamiquela, Rodolfo: “Toponimia Indígena de la provincia de La Pampa” CPE-Ministerio de Cultura y Educación de La Pampa. Santa Rosa novbre, del 2005.

(2) Vúletin, Alberto “La Pampa. Grafías y etimologías toponímicas aborígenes. EUDEBa, Buenos Aires segunda edición novbre. 1978.

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